Un buen día, el mejor amigo de mi hermano, me convenció para tocar con el, compre un bajo de segunda mano, y empezamos a buscar el resto de la banda. Aquel grupo, mi primer grupo, The Q3, fue para mí una gran escuela. Cuando empezamos, casi ninguno teníamos experiencia en otros grupos, de hecho casi no sabíamos ni tocar, pero en tan solo tres meses ya estábamos en lo alto de un escenario, tocando nuestras propias canciones, cuatro chicos que tenían muchas ganas de divertirse y pasarlo bien.
Aquello duro tres años, en los que aprendí que lo mas importante son las ganas de hacerlo bien, de divertirte en lo alto de un escenario, antes que la técnica y lo buen músico que seas, que lo que tienes que hacer es transmitir lo que sientes al tocar, y que todo lo demás da igual.
Poco después empecé con otros grupos, y di con gente a los considero algo mas que amigos: Cesar, que ha estado tocando conmigo durante casi una década. Chory y Pirata, a lo tonto llevamos más de doce años compartiendo local, risas y escenarios. Ellos son los que saben lo que significa para mi tocar el bajo, sentir el escenario, el calor y el frío en el local, las tardes noches en que estas agraciado por las musas y no quieres irte a tu casa hasta que no terminas de cuadrar ese tema que te ronda por la cabeza. Ellos saben lo que es la ley del watio, el poder que te da subir tu amplificador, sentir los graves en tu estomago, y olvidarte de todo lo que tienes alrededor, durante los cinco minutos que dura esa canción.
Gracias a The Q3, Los Topos, Riego Por Goteo, Habitación 101, Los Animales, Darkanimal, E.N.D, Kargados Band, Vagos y Maleantes, y Cargados, sin vosotros no seria quien soy hoy.
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