miércoles, 27 de julio de 2011

XXX Concentracion internacional de motos. Faro 2011

O como beberse 20.000 cervezas.


Había pedido los días en el trabajo desde hacia mas de dos meses. Estaba todo previsto, íbamos a salir tres motos desde Córdoba, cuatro personas, a pasar unos días de conciertos y playa. Y como todo a ultima hora se empezaron a torcer los planes. 
He aquí que se me plantea, o ir solo, o no ir. Y evidentemente decido ir solo.


Después de 360 Km. de aburrida autovia llego a Faro. Desde hace ya bastantes kilómetros, veo gran número de motos, de todo tipo, aunque las dominantes son las custom. Al llegar por fin al recinto el ambiente que se respira es pura gasolina, mezclado con sudor y cerveza. Saco mi inscripción, y busco un lugar donde poner la tienda. Me doy cuenta de que el pinar es un gran laberinto y que una vez montada la tienda, tendré que buscar puntos de referencia para encontrarla. Decido que hay que tomar una cerveza.
Con la cerveza en mi mano, me dirijo hacia la zona de mercadillo, allí me encuentro con el Tales, cordobés que por motivos laborales esta viviendo en Madrid. Nos vamos a por unas cervezas, y vemos el recinto, la carpa principal, el escenario, la zona del Biker Show, y la carpa Oasis. Allí me presenta a Manolo y Simon, que vienen de Bujalance, y estos a su vez a Carmelo, Juan, de un pueblo de Ciudad Real, y Rocío y su marido, del Puerto de Santa María. Mas cerveza, Sagres que entra pero que muy suave.

De esta forma nos dan las 10 de la noche, y nos vamos a ver a los Ironía Maiden, que actúan en el escenario principal. Es la tercera vez que los veo, y la primera vez que no los veo a la altura de lo que son, unas grandes leyendas, pero días malos los tiene cualquier grupo.
Al terminar, de vuelta a la carpa Oasis, mas cerveza. Aquí actúan un grupo de rockabilly, que son muy buenos, ponen a todo el personal a bailar y a cantar. La cerveza fluye en la barra, 18 grifos sin parar, aquí no hay barriles, si no un camión cisterna conectado a diferentes serpentines. Sobre las 5 de la madrugada, decido que debo ir a dormir, pero ¿donde estaba mi tienda?...

El calor me despierta, deben ser cerca de las 11 de la mañana. Tuve suerte y no tarde mucho en encontrar el lugar donde había acampado. Me despejo, me ducho, y voy en busca de un café, y algo que echar al estomago. El café es realmente malo, pero los churros están buenísimos. Me doy una vuelta por el mercadillo, y me dirijo al Oasis. Allí esta Simon. Una cerveza. Llega después Manolo, Juan.... con cada llegada una rondita pal personal. Nos instalamos en las mesas, y empiezan a sacar algo para picar, lomo, queso, papas, embutidos varios, todo regado con el aceite de oliva que produce Manolo, y por supuesto, por cerveza.
Nos pasamos el día hablando de nuestras monturas, de viajes, de música... y como quien no quiere la cosa nos da la noche, y nos vamos a ver la banda tributo de AC/DC, el show erótico y a los Mago de Oz. Al terminar los mago, nos vamos retirando, el día ha sido largo y aun nos queda otro por delante.

Me levanto y después de mi rutina matutina, decido ir para la playa. Antes de llegar a la salida, me encuentro con Juan, que esta cargando la batería de su cámara. Charlamos un rato, y me acuerdo de que había quedado con miembros del foro F800GS, me voy al lugar acordado y no aparece nadie, lo veo normal, a mi casi se me pasa, o la mejor están en el otro lado del aparcamiento donde quedamos, o tienen resaca.... resaca... cerveza, eso es que hace falta, y pensando en esto llega Manolo, que anda por lo puestos comprando regalos para sus crios, y nos vamos al Oasis.













Después de unas cuantas cervezas, un poco de jamón, queso, lomo, embutidos varios, pistachos y postre de melocotón en almíbar, pasamos a los digestivos. Hoy lo dedicamos a observar los diferentes tipos de personajes que se nos sientan a nuestro lado. Los alemanes con una moto con remolque en forma de ataúd, el que se pasea con una iguana, el borracho que se ha quedado dormido sentado en una mesa, los arquitectos de vasos de cerveza, construyendo una pirámide, de esta guisa vamos dejando pasar las horas. Cuando cae la noche compartimos mesa con un grupo de ingleses, con el que intercambiamos risas, en su poquito español y nuestro pésimo ingles. Aun con estas dificultades Carmelo le hecha valor, y después de intentar hablar con una inglesa, de no entenderse y reírse mucho, consigue su objetivo, con la consecuentes aplausos de los nuestros, y gritos de alegría de los suyos. A estas alturas mi nivel de sueño empieza a ser superior al del alcohol, y me despido de todos, menos de Carmelo, que esta en... donde se habrá metido el pillin?



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